Lo sé, empezando por el tema ya comencé a untarte limón en la herida, pero no me mal interpretes, no estoy siendo decadente hacia nuestra persona ni mucho menos quiero que lo veas desde el punto ordinario en que por haber salido lastimado en esa relación, debes seguir apostando por el papel de la víctima.
Lo cierto es que el problema en quienes usualmente terminamos enamorándonos mucho más que la otra persona, siempre le batallamos en mayor proporción a la hora de intentar dejar atrás esa neutra experiencia, porque mala en su totalidad no lo fue, ¿o sí? Y justamente ahí es en donde radica la clave de una sanación íntegra:
En aceptar que por todo lo que duró, lo que pasaron juntos y lo que te enseñó, a pesar de estar destrozado, lo mejor de ti surge a través de tu fortaleza.
Oswell Reza
Porque aunque ya no están juntos lo sigues amando, le sigues deseando todo lo mejor, le sigues pensando y extrañando, y es a través de ese inmenso amor, que aunque ahora no lo veas, estás forjando tus sentimientos más puros de una manera tan preciada de la cual deberías sentirte más vivo que nunca, en total entereza contigo mismo, satisfecho por lo que diste desde lo transparente de ti y, absolutamente orgulloso de todo lo que representas y eres capaz de sentir por alguien más.
El problema es que no siempre lo vemos así y buscamos, inconscientemente, autoflagelarnos con las preguntas más abrumadoras que terminan por hacernos sentir más mal de lo que ya estamos. Y sí, no hay manera de que yo o nadie pueda sanar la tristeza que sientes, excepto tú, pero si hay algo que te puede servir para empezar a sanar, es que no escuches a nadie antes que a ti.
Tus amigos se van a preocupar, tu familia no se diga. Te dirán que lo dejes ir, que no vale la pena, que ya llegará alguien mejor y todas esas bunas acciones que se tienen hacia alguien que se estima y quiere, y que está pasando por una ruptura sentimental. ¿Pero sabes una cosa? Por supuesto que valió la pena para ti, y aunque no lo parezca, también lo fue para él, solo que ahora no lo ve.
Lo verá en algún momento de su vida cuando se acuerde de ti y sonría, cuando sienta cierta nostalgia por ello pero a la vez gratitud, porque indudablemente fue gracias a un amor tan único y puro como el tuyo que él pudo crecer, seguir y hasta descubrir lo que lleva dentro. Porque fuiste tú, que va más arriba de él, el que le ayudó a subir un escalón para que en algún punto de su vida pueda amar de la misma manera que tú lo amaste, esperando de todo corazón que se tope con una persona a la que no le toque iluminar cómo tú lo hiciste con él, sino con quien pueda ser feliz y no le sufra por no haber sido correspondido. Porque todos llegamos para enseñarnos algo, para dejar parte de uno en los demás, pero a otros nos tocan las batallas más duras pero dignas porque tenemos amor de sobra, amor que entregamos en mayor proporción para que otros despierten y como tú, lo continúen esparciendo.
Así que olvídate de toda esa negatividad hacia él y las circunstancias que los llevaron a terminar. Haz de lado ese pensamiento del karma y el deseo inconsciente de que le vaya mal, de que pagará por lo que te hizo o la infidelidad o infidelidades que cometió porque eso solo te hace más débil. Mejor demuéstrate lo grande que eres actuando con madurez y entereza, y revive lo mejor de ti actuando de la misma manera en que con amor lo hacías estando con él, pero esta vez evolucionado, consciente de que esto es parte de un ciclo de crecimiento y sí, un final, pero no tu final.
Llora lo que tengas que llorar pero no por rencor u odio, no en borracheras donde solo causes lástima a los demás, no para hacerle saber que lo estás pasando mal. Llora contigo y para ti, y con el único propósito de desahogarte y recuperar lo más precioso que tienes: tu sonrisa, la profunda mirada de tu interior, la tranquilidad de tu ser y la felicidad que pusiste en manos de alguien. Dicho de otro modo, para recuperarte a ti, para que una vez que lo hagas puedas ser capaz de distinguir con alguien si vas a volver a enseñar, te va tocar recibir o van a aprender, por consecuencia, juntos.
Sí, no será fácil, pero te aseguro que era más difícil antes de que leyeras esto