En estos tiempos tan locos y modernos se han desarrollado todo tipo de patologías extrañas nunca antes vistas o inimaginables; anteriormente la adicción por la tecnología, compras o redes sociales era algo impensable. Pero siguen existiendo viejas adicciones que siguen estando presentes en la sociedad a lo largo de los siglos, siendo una de ellas la adicción al sexo.
Si bien esta adicción es tan vieja como las civilizaciones humanas, es una de las menos mencionadas, ¿por qué? Pues esta muy relacionado con el hecho de que somos entes racionales que no nos dejamos llevar por nuestros impulsos y principalmente que el sexo nunca ha sido un tema abierto, pero ciertamente las adicciones sexuales han estado presente a lo largo de la historia del hombre.
Esta adicción al sexo al igual que las demás está clasificada como una enfermedad grave que puede llevar a la persona que la sufre a experimentar mucho dolor y poner su vida en peligro; una adicción que se manifiesta como las otras con negación, justificación del desorden pero en este caso se presenta un pensamiento obsesivo sexual que incluye fantasías que pronto obligan a la persona que experimenta esta adicción a buscar la satisfacción inmediata de estos deseos.
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Pero habría que ser algo inteligentes para diferenciar una adicción de una sexualidad abierta y plena. Muchos hombres y algunas mujeres disfrutan mucho de esta actividad carnal, pero no por eso son catalogados como adictos sexuales.
Adicción al sexo se define como: “Conducta indefectiblemente compulsiva; tendencia involuntaria, irrefrenable, reiterativa e irreflexiva, dirigida a establecer un tipo de relación sexual estereotipada de la que queda una abrumante sensación de insatisfacción”.
Las adicciones sexuales más comunes son:
– Satiriasis
También conocida como ninfomanía masculina, es un trastorno psicológico que provoca un deseo exagerado por el sexo en hombres, sin que exista un aumento en la cantidad de hormonas.
Generalmente ese deseo lleva al hombre a tener relaciones frecuentes con varias parejas, hombres o mujeres diferentes, así como a practicar la masturbación varias veces al día, pero sin nunca sentir el placer y la satisfacción que busca. Así como la ninfomanía es utilizada para describir a mujeres con el mismo trastorno, la satiriasis se aplica a los hombres.
– Bondage
Proveniente del término francés e inglés homónimo que significa esclavitud o cautiverio, y es una práctica erótica basada en la inmovilización del cuerpo de una persona.
– Sexo con desconocidos
Esta práctica es de lo más común tanto en hombres como en mujeres, pero considerada como una adicción cuando se busca estimular constantemente la adrenalina y complacer el deseo sexual llevado al límite con personas desconocidas en lugares muchas veces públicos o elegidos al azar.
– Pornografía
Otra de las adicciones más comunes que hace referencia a todo aquel material que representa actos sexuales o actos eróticos con el fin de provocar la excitación sexual del receptor.
Se manifiesta a través de una multitud de plataformas tales como la animación, el cine, la escultura, la fotografía, la historieta, la literatura o la pintura, y ha logrado un gran auge en los medios como las revistas pornográficas e inclusive el audio (sexo telefónico), y últimamente en Internet.
– Juguetes eróticos
Esta de más decir lo que son, pero ciertamente la función de aumentar el placer del sexo con otras personas, es lo que provoca el gusto hacia una gran variedad de objetos sexuales que vienen utilizándose desde hace miles de años, como es el caso de los consoladores, también conocidos como dildos.
– Masturbación
Una práctica aparentemente inofensiva y “normal”, pero peligrosa, ya que al realizarse con bastante frecuencia puede llevar a perder parte del placer que genera, provocando muchas veces disfunción erectil, pérdida de apetito y gusto sexual hacia otra persona, así como la búsqueda interminable de satisfacer los cortos periodos de placer.
– Voyeurismo
Es el nombre que se le da al trastorno mental que consiste en observar a otra persona, o grupo de personas durante sus relaciones sexuales o de carácter privado.
Por lo general quienes presentan esta conducta, conocidos como voyeruristas o voyeristas, no participan de la actividad sexual observada.
Al igual que otras adicciones, la mejor forma de tratar la adicción sexual es acudir con algún especialista o tomar psicoterapias que puedan ayudar al paciente a encontrar una solución y las causas que originaron este padecimiento.
Si te identificaste con algunas de las antes mencionadas, existen varias manifestaciones y conductas o señales que nos indican que ya cruzaste esa delgada línea que posiblemente te esté llevando a una pronunciada adición, pero de eso te hablaré en otra ocasión, mientras tanto recuerda que con la ayuda adecuada, mucha disciplina y bastante fuerza de voluntad, se puede superar una adicción.