¡Sabes! …
Comienzo a preguntarme si todo ha valido la pena, si el cansancio que siento en mi cuerpo causado por ti, valió tanto esfuerzo marcado en mi cara. Cumplí tus caprichos atados al cruel mandamiento de ser tu juguete en la cama, de ser para ti aquel pecador que solo tocabas por morbo y no por su esencia.
Mi cuerpo me llora, mi mente me grita y el corazón ya no me habla, lo último que hoy se de mí ha sido por ese sonido que expresa mi voz culpando al amor y no a la consciencia.
Sabía que estando contigo me iba a morir quedando tan vivo, pero algo más fuerte que yo corrió a regalarte mis besos, aquellos deseos que ahora son sueños perdidos y toda mi integridad que así de la nada te fuiste comiendo.
No sé si valiste la pena, sí sé que me diste en la madre mostrándome un mundo que ya no tenía valores, que yo no me imaginaba y tú tanto disfrutabas, hiciste de mí lo que yo nunca quise, rompiste mi cuento de hadas quebrando los fuertes cristales que de esta historia tan cruel los hilaba.
¿Por qué me escogiste a mí, por qué te mostraste tan lindo y tan tierno unos meses y luego me hiciste vivir ese infierno? ¿Por qué cuando quise marcharme tú sólo me amenazaste, y ahora después de que solo me usaste, así de la nada te vas? ¿Valiste la pena?
El sexo lo dijo, tus actos también y yo como un tonto aún sigo creyendo que en verdad me enamore, que tú no tienes la culpa de haber desquitados tus traumas tan sucios conmigo, de haber hecho que creyera en ti lo más puro de mí, robándote mi inocencia, quitándola de un jalón, dejándome destapado muriéndome en un rincón.
Ahora no sé quién soy, ya casi ni me conozco, no creo ya en el amor y en mí siento tanto odio, y quisiera odiarte, pero no puedo, no sé por qué pienso en que aquí estarías bien y mejor conmigo, que podría cambiarte y hacerte feliz, darte lo que quieres, pero ni siquiera sé lo que deseas.
¿Valiste la pena? Sí, me temo que sí, porque a pesar de todo me demostraste por qué existe tanta gente sufriendo por desamor, matando por agonía y buscándote por venganza, así que a ti te digo…
Más vale que nunca te encuentre porque entonces conocerás el espejo de tu impropia persona y entenderás con lágrimas, dolor y odio, sabrás a la mala el daño que me causaste con una simple mirada, pero también con la amargura de un corazón deseoso por verte sufrir.