Esto es lo que me sucedió al darle una segunda oportunidad

Esto es lo que me sucedió al darle una segunda oportunidad

“La Segunda Oportunidad”

Esta mañana en particular, me levanté con el temor de perderlo. Un miedo escalofriante de abrir los ojos y no verlo a mi lado, pero ahí estaba, dormido profundamente como un ángel. Así que me levanté con algunas lágrimas en los ojos para romper en llanto en algún lugar en el que no pudiera escucharme, pero sintió que desperté, me levanté y, sin darme cuenta, se fue tras de mí para alcanzarme y abrazarme, haciéndolo tan fuerte, protegiéndome del miedo, de todas esas tristes sensaciones y la inseguridad de verlo una vez más marcharse de mi vida. Y él lo sabía, sabía que yo sentía temor de que él me dejara en el vacío como aquella noche en que se fue cuando no quería hacerlo.

“Lo siento”, le dije, aún me invade la nostalgia y el recuerdo. Aún tengo aquí en el pecho el ardor de aquella vez que te lloré hasta prenderme fuego por dentro, intentando extinguir todo sentimiento por ti. “Lo sé”, contestó, “no será fácil olvidar que una vez te fallé y te dejé, y sé también que será difícil ganarme tu confianza de nuevo, pero tengo la esperanza de que puedas perdonarme porque aunque tu corazón quedó en cenizas, ese amor está volviendo a renacer y puedo sentirlo. No te pido que ahora me creas, no soy nadie para exigirte siquiera que me mires a los ojos, pero de lo que sí estoy seguro es que te amo y no pienso perderte otra vez por aquellos que no entiendan quién soy, lo que soy y lo que somos.”

Sentí alivio, pero la tempestad entre mis ojos no cesaba. Así que incliné mi rostro y recargué mi cabeza sobre su hombro para calmar mis ganas de llorar, impregnándome completamente de su aroma sobre su piel desnuda que extrañaba mucho y desde hace tanto, que no pude resistirme a entregarle otra vez mi ser completo, tan frágil y débil que no podía negar que había despertado en mí todo ese amor que creí se había quemado en aquel incendio que, por coraje, provoqué en mi interior.

Nadie nos advirtió sobre el dolor que causa el mismo amor, pero cuando amas y eres correspondido, dejar pasar una segunda oportunidad para ser feliz es la peor decisión que puedes tomar en la vida. Será difícil, lo sé, pero más duro sería vivir tanto tiempo solo y sin él, intentando olvidarlo, extrañándolo cada día y noche, sabiendo que quizá decía la verdad cuando volvió para recuperarme. Y aquí estamos, ayudándonos el uno al otro a reconstruir la historia que dejamos en pausa, inconclusa y sin ánimos de continuar. No puedo dejarle todo a él porque una relación es cosa de dos, pero sí tiene que esforzarse más que yo para lograr que días como este por la mañana, me vea sonriendo, feliz y enamorado, y no temiendo despertar con el rostro asustado pensando que él se volverá a marchar.

Son casi las ocho de la noche y estoy parado frente a la puerta esperando escuchar que él la abra. Y así voy a estar, no sé hasta cuándo, tal vez unos días, semanas o meses, tal vez cierto tiempo. Así estaré hasta que esté seguro un buen día de que no me tenga que preocupar por si la abre, por si se queda o por si se marcha de nueva cuenta.

Por Oswell Reza

UA/2

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